Las palabras.

Flotan, se elevan en el aire cuando están enteramente hinchadas de nuestros sentimientos. Se las lleva el viento, la corriente las arrastra, a veces, hasta nuestras mentes donde quedarán siempre en un recuerdo, donde se veran imágenes al recordarlas.
Cuando hinchamos nuestras palabras de odio flotan hasta un corazón que acaba herido. Igual que cuando las hinchamos de cariño consiguen el efecto contrario. Cuando las llenamos de melancolía, ilusión, confianza.. todo lo que decimos tiene un sentido, pero no siempre sabe interpretarse correctamente, es por eso que debemos elegir bien el sentimiento que queremos plasmar en cada una de ellas.
Me hace gracia cuando la gente dice eso de que ''las palabras se las lleva el viento'', porque no siempre es así, porque hay personas a las que se les clavan irremediablemente en su cabeza. Y ahí se nos plantean dos situaciones en las que se producen malentendidos.
Están esas personas que viven de esperanzas; esas que intentan descifrar un mensaje oculto que signifique algo que no es. Las que intentan encontrar un amor inexistente.
Y están esas, que por el contrario, se tienen tan poco valoradas que creen que cada cosa que se les dice es un ataque o algo por el estilo.
Muchas veces se darán realmente esos casos, pero no debemos olvidar que las palabras tienen un significado, todas y cada una de ellas lo tienen, y no hay porqué darle otro porque si no vivirás tras una máscara que no te permitirá ver la realidad.


Gelebe.

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